Risas y lágrimas

mayte+martin

La experiencia es un grado, algo que, aunque convertido en tópico, nunca me deja indiferente comprobar. Y no tanto por la técnica conseguida, la calidad, “las tablas” que se dice; si no más bien por la capacidad de relajarte y disfrutar con lo que haces; por la osadía de jugar, de dejar de aferrarte al rigor (a las metodologías!); por la valentía de quitarte las máscaras y ser tú mismo; de romper el guión, aunque lo escribieras tú.

Hoy Mayte Martín rompía su propio guión, se reía de si misma y de todo, como si hubiera vivido en carnes propias, una y otra vez, la tragicomedia de los amores que nos cantaba, y ya estuviera de vuelta de todo, sobrevivida, desenfadada, ligera, casi cínica.

“Que suelta que estoy hoy”- decía al final de una de las muchas bromas con las que relajaba la tensión emocional, entre tema y tema-

Ya me quedan muy pocos caminos

y aunque pueda parecerte un desatino

no quisiera yo morirme sin tener algo contigo

Curiosamente (no es propio ni de ella ni de una sesión de boleros –donde todos vamos a que nos canten nuestras propias glorias y miserias) hoy, Mayte nos ha hecho reír más que llorar.

Aunque Olvido Lanza se encargaba de borrarnos la sonrisa a golpe de violín. Un solo en “20 años” ponía a prueba nuestra sensibilidad.

Con qué tristeza miramos

un amor que se nos va,

es un pedazo del alma

que se arranca sin piedad

De nuevo Mayte, con una sonrisa pícara que le quitaba todo el dramatismo al asunto, nos daba a entender que ella sí entendía al “corazón loco”

Yo no puedo comprender


como se pueden querer
dos mujeres a la vez


y no estar loco

Para los grandes clásicos, la banda de músicos eclipsaba el intimismo de Mayte con la pianista, para explotar en un festival de ritmo y luz. Un gran descubrimiento: Chico Fargas…La Percusión.

Pero si un atardecer


las gardenias de mi amor se mueren


es porque han adivinado


que tu amor se ha marchitado


porque existe otro querer.

“tengo músicos” decía provocando las risas ante la obviedad. “No, no. No todo el mundo que sube a un escenario con gente, puede decir que tiene músicos”

En una de sus naturales conversaciones con el público (de verdad que daba la sensación de estar en el comedor de su casa), alguien ha hecho alguna alusión a Madonna (me ha parecido que para criticarla), a lo que Mayte ha confesado su devoción carnal por la reina del pop

Pero aquello que un día nos hizo

temblar de alegría,

es mentira que hoy pueda olvidarse

con un nuevo amor

Llegados al final, Mayte ha pactado con el público evitarse la parafernalia de salir y volver. “tenemos bises preparados así que ya nos quedamos y los tocamos, no?”

Un “Me importas tú” a toda marcha y un emocionante (para mi uno de los mejores boleros de la historia)“Encadenados”, han dado por finalizado un concierto en familia.

El sábado repiten…

No se tú!,

pero yo,

quisiera repetir.

Boleros y otras canciones de amor

bailar+bolerosMañana jueves, en la Sala Apolo de Barcelona, Mayte Martín nos cantará «Boleros y otras canciones de amor»

No sé cómo irá el día, pero acabará bien.
Os contaré…si me resiste el corazón.

Vuelta al trabajo : ON

agendaPara los que trabajamos en casa (o everywhere como dice mi compañero Carlos), para aquellos que no tenemos un edificio corporativo al que acudir cuando se han terminado los días pactados de descanso, para aquellos que hemos dinamitado las fronteras entre lo personal y lo profesional, para nosotros (para mi, por lo menos), VOLVER AL TRABAJO es un estado mental.

Durante las vacaciones, a la típica pregunta de ¿Cuándo vuelves al trabajo? A mi, me costaba responder. La imagen que se configuraba en mi cabeza era la vuelta a casa, al espacio íntimo, diseñado a la medida de mis emociones, lleno de amigos en forma de libros, música, recuerdos de viajes, plantas que luchan por la supervivencia, regalos de amigos…

Este año es la primera vez que la vuelta al trabajo tenía ese aire impreciso, difuminado, casi preocupante (Cómo saber que he vuelto?)

Volví hace días de Incinillas, pero no tenía la sensación de “estar trabajando”, aunque los días tampoco se parecían a lo que solemos entender por vacaciones: organizaba documentos, leía ensayos, artículos, libros sobre temas relacionados con la profesión, navegaba por la red, reactivaba contactos, cotilleaba en redes sociales, actualizaba mis datos, estudiaba con atención noticias que afectarán a proyectos a la vista, organizaba la agenda de los próximos meses…en fin, una especie de limbo entre el sosiego y la disciplina.

Hoy, una comida-reunión de trabajo con parte del equipo de Autoritas, me ha puesto en modo ON. Un repaso exhaustivo y tan intenso como caótico de proyectos, prioridades, colaboraciones, reflexiones…me ha hecho pensar en todo esto y darme cuenta de que sí, ya he vuelto al “trabajo”.

Durante los próximos días no haré nada diferente a lo que venía haciendo los previos, ni me moveré del sitio en el que he estado estos días, pero el “estado mental” es diferente.

Dependemos tanto los humanos de rituales, para pasar de un «modo» a otro? para cambiar de estados mentales?