Semana 4

Parque Nacional Puyehue Sur de Chile

Parque Nacional Puyehue Sur de Chile

Un mes completo encerrados en casa.

Esto va en serio.

Siento que es el estado de ánimo generalizado. Cada vez más grave, mas consciente.

 

Cada uno sigue su proceso personal, muy determinado por sus condiciones ambientales y también por su capacidad de usar la mente para adaptarse a situaciones nuevas, incómodas; para autogenerarse placer, para deleitarse con la belleza en sus múltiples formas y formatos; o para contenerse y equilibrar la locura latente que habita en todos nosotros.

 

Pero un mes es suficiente tiempo como para que el más fuerte “trontolli” (no encuentro la mejor traducción al español).

 

Al principio parecía un juego, una brecha de excepcionalidad en nuestras “controladas” vidas.

Nos quejábamos, pero había risas, fiestas virtuales, chistes, parloteo incesante sobre lo que estaba pasando, cómo, porqué. Pero a medida que pasan los días y especialmente esta semana, he notado a mi alrededor, cierto giro a la seriedad, al silencio, a la preocupación, al esfuerzo por el equilibrio, a la conciencia sobre sectores y poblaciones vulnerables.

 

Y me sorprende, me sigue sorprendiendo mucho, el ritmo acompasado con el que avanzamos todos por este túnel. Es como si un manto nos cubriera a todos por igual y nos igualara en la fragilidad y en la empatía, en el miedo y el consuelo, en la reflexión y la esperanza.

Como su todos fuéramos parte un único cuerpo conectado a un cerebro, a un único centro neurálgico. Me ocurre con gente cercana y con personas que viven a 10mil km.

 

Creo que hay una gran dosis de estrés. Intentamos sobrevivir al día a día, emocional, profesional, económicamente, la convivencia, las relaciones, pendientes de la salud de nuestros mayores, sobretodo si están solos; preocupados por el impacto de algo tan antinatural sobre los niños, los jóvenes. Esta semana he hecho alguna llamada a personas de las que hacía años que no me preocupaba directamente. Personas que imaginaba sufriendo. Imposible abstraerse.

 

Pero a ese estrés del día a día, también y a la vez, hay otro más abstracto, más difícil de gestionar. Intentamos vislumbrar con la máxima claridad posible qué está pasando; cómo está cambiando el mundo ahí fuera?. Cómo será todo cuando salgamos? Cuando podremos salir, de hecho?, Qué reglas tendrá el mundo Post-Covid?, Qué habrá arrasado esta plaga, qué seguirá en pie? Desde donde reconstruir? Cómo deberemos repensarnos? Cómo afectará a nuestras vidas?. Creo que no tenemos ni idea. Leemos artículos, seguimos a expertos, filósofos, economistas, políticos, analistas…No sé, todo el conocimiento del mundo está orientado a comprender la magnitud de este momento histórico, pero no sé si comprendemos hasta qué punto lo es.

 

Una reflexión concreta, demoledora y representativa: “La economía del mundo se tambalea porque estamos consumiendo sólo lo que necesitamos”. ¿De verdad podemos volver a olvidarlo al salir?

 

He visto hace un rato una entrevista a Ricardo Darín: Por primera vez y como nunca, unos dependemos de otros. De una llamada, de una buena reflexión, de un mensaje de ánimo, de ayuda logística, económica. Toda esa interdependencia nos obliga a mirar y aceptar nuestra vulnerabilidad. Nunca más podremos eludirla, ignorarla, enterrarla.

Y ello es un gran golpe al ego, que es nuestro gran monstruo interno.

No soy optimista y por eso mismo, intento ser positivo, decía Darín.

 

Y yo me aferro a la idea de que cada uno de nosotros puede aprender la lección de dejar de vivir desconectado del mundo al que pertenecemos, del impacto de cada pequeño gesto personal en lo colectivo. El mundo se ha parado y tenemos una tregua, que nos permite pensar y repensarnos. Una oportunidad única de construir, de crear, de aportar nuestra inteligencia, nuestro talento y nuestra sensibilidad, a un mundo más consciente, más sabio, más humano.

 

Esa será la victoria de esta mal llamada guerra.

 

«Si el peor de los infiernos puede salvarnos de la mayor de las mentiras, preparémonos para el infierno». Antonio Gramsci

 

Categoría: Personas

Comentarios: 2

  1. Sole Jimenez 13/04/2020 at 02:31 Reply

    El mundo no va a ser el mismo, por suerte o por desgracia. Es una buena oportunidad para muchas cosas, este parón te hace recapacitar y ver quién está y quien no está. Este mundo globalizado que te hace eliminar las distancias, por largas que parezcan , cuando estás a un click de esa persona y la sientes a tu lado. O que te crea distancias insalvables con quienes estás tan cerca que un simple trayecto en coche permitiria esa relación. En fin, el mundo va a ser diferente a partir de ahora pero creo que ya había empezado a cambiar mucho antes. Cuando dejamos de hablar con las personas que queríamos para decirles cuál era el problema, porque ya no hablabamos, que nos molestaba. En fin, todo ha cambiado y en el camino dejamos jirones de piel que nos dejarán cicatrices para siempre.

  2. Juanjo Brizuela 15/04/2020 at 10:22 Reply

    Semana a semana brillas amiga!

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