«En el amor como en las finanzas, cuando se pierde la confianza ya nada se puede hacer»
Roger Aleph
Buscando otras cosas (cosas de la red) he encontrado esta joya: Un relato sencillo y clarificador sobre la situación económica actual by Roger Aleph
"Never doubt that a small group of thoughtful, committed citizens can change the world. Indeed, it is the only thing that ever has". Margaret Mead
«En el amor como en las finanzas, cuando se pierde la confianza ya nada se puede hacer»
Roger Aleph
Buscando otras cosas (cosas de la red) he encontrado esta joya: Un relato sencillo y clarificador sobre la situación económica actual by Roger Aleph
Anoche me colé en una fiesta de la Generación Y. Hace un tiempo conocí a una chica de 23 años (fue gracias a su imaginación y persistencia que resolvimos todos los trámites para que pudiera estar en mi nueva casa) y hemos seguido siendo amigas.
Ella y su panda celebraban anoche su cumpleaños y me invitó. No hice caso a la vocecita interior que me decía “Y tú que pintas allí?”, así que me vestí lo más juvenil que pude sin llegar a insultar y me fui hacia el restaurante dónde sus amigos seguramente se hacían la misma pregunta que yo cuando me vieron entrar.
Las dudas se disiparon enseguida, me preguntaban sin pudor todo lo que querían saber de mi, escuchaban atentos mis batallitas y a cambio me devolvían sus ilusiones, sus planes de futuro, y sus inseguridades. Les sacaba cerca de 15 años a cualquiera de ellos así que cuando descartaron una discoteca porque era para viejos de treintaintantos me sentí de otra galaxia, aunque las risas que siguieron al comentario rompieron definitivamente el hielo.
Acabé dándoles una charla sobre Generación Y. Que estupidez!, como si tuvieran que entenderlo. Lo único que no entendían es que les pusiéramos un nombre. Ellos eran normales! Aunque se identificaban divertidos, con los valores de mi consultoria improvisada.
Había estado esta semana, curiosamente, en un debate de Barcelona Digital “Nadius digitals, per què som diferents?” y recordaba la mirada de admiración, complicidad y cierta condescendencia de Genís Roca mientras los moderaba. Aquello era un experimento parecido
Pero las teorías generacionales dejaron de tener sentido a medida que pasaba la noche. Me encanté con los contadores de historias, me conmoví con l@s amantes, me reí con los animadores, me enriquecí con los que venían de otros lugares y me identifiqué con las chicas apasionadas e inseguras.
Me retiré a una hora decente mientras les dejé camino de una discoteca “para jóvenes” y me fui a dormir con una sonrisa de eterna inocencia.
Hoy tengo más amigos en Facebook 😉
Gracias Lidia, y enhorabuena por tu gente.
“Estamos inmersos en la peor crisis financiera desde 1930” introduce Soros en su primer capítulo, algo que ya no escandaliza a nadie a estas alturas.
“El paradigma existente, es decir, la creencia en que los mercados financieros tienden al equilibrio, es tanto falso como engañoso”.
Un poco de historia simplificada y extraída de distintos capítulos del libro:
La crisis actual tiene su origen en el estallido de la burbuja de Internet a finales del 2000, esa situación junto con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 hizo que, para contrarrestar la desaceleración, los tipos se bajaran hasta mínimos históricos.
“El dinero barato produjo una burbuja inmobiliaria, una expansión de adquisiones de empresas con financiación y otros excesos”
“Los precios de las viviendas crecieron más del 50% en 5 años (2000-2005) lo que generó especulación, y los prestamistas agudizaron el ingenio para hacer que las casas parecieran asequibles. La gestión de riesgos se relajó hasta llegar a casos extremos como los llamados créditos “ninja” (no job, no income, no assets)”
Soros No cree que la oferta y la demanda se autorregulen. Que es una falsa creencia sobre la que se sustenta un capitalismo caduco. Y lo explica utilizando de nuevo la teoría de la reflexividad y su función manipulativa: Que los prestamistas nos persiguieran por las calles para concedernos préstamos que no necesitábamos era quizás una forma de romper equilibrios.
“Después, los bancos liquidaron sus hipotecas convirtiéndolas en valores, escalonando el riesgo y diversificándolo Geográficamente” (por eso estamos todos pringados). Eso incrementó el riesgo, según Soros, ya que “se transfirió la propiedad hipotecaria de los bancos, que conocían a sus clientes, a los inversores, que no”.
Luego llegó la subida de intereses pero, pero la situación se mantenía “gracias a una demanda especulativa, ayudada e instigada por prácticas de préstamo cada vez más agresivas” y productos financieros cada vez más sofisticados.
Finalmente, en la primavera de 2007 , “el momento de la verdad llegó cuando el problema de la suprime llevo a la bancarrota a New Century Financial Corp., a lo que siguió un periodo de decadencia en el que el precio de la vivienda caía pero la gente no se daba cuenta de que el juego había llegado a su fin”
Nadie ha velado por contrarrestar las perversiones del sistema. Soros culpa a los reguladores de “descuidar sus responsabilidades y confiar en el mecanismo del mercado para corregir sus propios excesos”. Una tendencia (“la magia de los mercados” –Ronald reagan-) que tuvo un gran impulso tras la II Guerra mundial “debido al fracaso del comunismo, el socialismo y otras formas de intervención del estado” y que se enloqueció durante los años 80: “La creencia en que los mercados tienden al equilibrio ha favorecido las políticas de libertad absoluta…llamo a esto fundamentalismo del mercado y sostengo…que no es mejor que el dogma del marxismo. Ambas ideologías se refugian en una apariencia científica para parecer más aceptables, pero las teoritas que invocan no resisten el test de la realidad. Usan el método científico para manipular la realidad, no para entenderla”.
Pero Soros, que defiende que esto no es una crisis más, sino el fin de una era, va más allá de las explicaciones técnicas de la burbuja inmobiliaria y de los excesos del sistema financiero y reconoce que “la situación actual no se entiende si no tenemos en cuenta la potencia económica de China, India y algunos países productores de petróleo; el auge de productos básicos y la creciente falta de voluntad del mundo de mantener dólares”.
El libro finaliza con una lista de preguntas entre las que se encuentra la abrumadora ¿Cómo podemos crear un mejor orden mundial?. “Quiero describir la condición humana. Debemos tomar nuestras decisiones sin disponer de conocimiento suficiente. Hemos conseguido controlar las fuerzas de la naturaleza y eso nos hace muy poderosos. Pero nuestras decisiones tienen mucha repercusión. Y podemos hacer mucho bien o mucho mal. En realidad todavía no sabemos como autogobernarnos”. «Tenemos que conseguir un mejor conocimiento de la situación en la que nos encontramos. Es difícil acaptar la incertidumbre y tentador escapar de ella autoengañándonos o enganándonos mutuamete, pero eso, probablemente, acabará metiéndonos en problemas mayores«.
Es un final que conecta con otro autor Eudald Carbonell al que abandoné cuando me encontré con Soros. En sus dos libros “El nacimiento de una nueva conciencia” y “La conciencia que quema”, reclama un pensamiento social crítico para utilizar nuestro conocimiento y nuestras habilidades sociales hacia del desarrollo de una “nueva especie” capaz de enfrentarse a los retos que nos aguardan.
Dejo a Soros, espero no haberme puesto pesadita, pero me ha encantado leerlo, escribirlo me ha ayudado a sintetizar y compartirlo me ha obligado a comprenderlo un poco mejor.