Entre todos…nosotros.

Akiomi Kuroda (ilustración)

Akiomi Kuroda (ilustración)

Las emociones intensas van normalizándose, como un péndulo que va perdiendo su inercia y vuelve a moverse en los rangos “normales”.

La vida vuelve a abrirse paso, la ciudad despierta del letargo y es tiempo de la valoración de daños, económicos, sociales, emocionales. El shock deja paso a la reconstrucción, cada uno desde donde esté. Con sus problemas, sus angustias, sus aprendizajes, sus proyecciones.

Mañana Barcelona entra en Fase1. Hace días que las calles se llenan de gente pero a partir de mañana ganamos recuperar el contacto con personas con las que no hemos convivido, así que volveremos a reencontrarnos y veremos también, qué nos pasó por encima.

Me va a parecer raro ver en real a personas con las que he compartido tanto estos meses sin vernos. Y no sé si reconstruiremos otros vínculos que también se han debilitado con la pandemia.

Las placas tectónicas se han movido bajo la superficie, y no todo encaja de la misma forma.

Hay pérdidas, hay descubrimientos, pero sobretodo hay más verdad.  Yo ya compro. Creo que mentirse es una de las más tristes formas de no-vivir.

Pero esa lupa que esta situación excepcional ha puesto, sobre todo, ha hecho que la luz llegue a los rincones más ocultos y a veces ha sido duro.

No solemos soportar la realidad, por eso nos inventamos la magia, para chutarnos anestesia y resistirla.

Ahora que baja la tensión, ahora que se nos apremia a volver a consumir compulsivamente (siempre con un toque de moralina post-apocalíptica), a ir de vacaciones (reserva rápido ya!), vuelve la liga, abren las playas(y los chiringuitos!)… Ahora que ya “salimos”, ahora que el marketing positivo se apodera de nuestras calles, de nuestras TV’s y radios, me aterra la banalidad.

Y ahora que ya sabemos que no es verdad que “hemos luchado todos juntos”, la constatación de la estupidez humana, me entristece más que nunca.

Porque hemos estado todos en esto, pero algo que en principio nos unificaba, creo también que nos ha alejado en grupos separados por abismos más insondables.

Las distintas formas de enfrentarse a lo que hemos vivido nos polariza.

Lo más evidente es la bronca política, pero también la distancia entre quien sólo ha vivido un incordio y quien ha vivido el horror de ver morir. Y en medio, lo que queráis.

Siento también cierta contradicción entra las ganas de vivir, renovadas, con el respeto por el dolor de tanta gente, en el equilibrio está, supongo, no caer en frivolidades tan obscenas como las que vemos a menudo, en esta carrera por volver a la normalidad lo antes posible y a toda costa.

No sé si hemos construido un nuevo nosotros más solidario e interdependiente o naufragamos en un “sálvese quien pueda”.

No sé quien somos Nosotros, pero espero pronto, necesito, fundirme en un largo abrazo con los míos.

Nos vemos ahí fuera

Categoría: Personas

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