Llegamos a Querétaro por la mañana, más tarde de lo previsto, pero en este país la ecuación espacio-tiempo es siempre una incógnita, te mueves y a menos que sea en taxi (y tampoco), el tiempo lo marcan las circunstancias y tu suerte.
La estación de autobuses de Querétaro queda a las afueras de la cuidad (como si fuera un aeropuerto). Preguntando llegamos a la explanada de dónde salian los “micros” para la ciudad. Nos habían dicho que el R 36 llevaba al centro, pero al meter la cabeza en el primer autobús parado (como meter la cabeza en un artilugio para viajar en el tiempo). Me dice el conductor que sí , que va al centro, a pesar de que un gran número 19 luce en una chapa que cuelga del lateral.Nos arriesgamos.
El centro de Querétaro es una maravilla, casonas bajas de estilo colonial, plazas circundadas de galerias arcadas y amplias fuentes en el centro, jardines y calles bien dispuestas, limpias, cuidadas. El ambiente es alegre, gente que vive intensamente su ciudad. A pesar de ser esta también patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO, Santigo de Querétaro es de los que la habitan (no tanto de los que la visitan, como ocurre con otros lugares de interés turístico).
Paseamos buscando el restaurante «Ama Layu» dónde habíamos quedado para comer con la mujer que nos ha ayudado a instalarnos en San Miguel. Contacto de Ikuska, su generosidad, ingenio y disposición han sido clave y providenciales para este viaje.
Ama Layu es “una galeria restaurante con la mejor fusion de cocina Vasca y de Oaxaca, ademas de buena musica y arte” regentada por Mikel, un cielo de Bilbaino que nos alimentó en todos los sentidos y nos cuidó con tacto y exquisitez durante horas.
Llegamos algo pronto, tiempo suficiente para que Mikel nos explicara la historia del local, la suya propia ligada al proyecto, y las delicias de su cocina. En ese momento decidí que después de comer me tomaría un “café blanco” servido con gajos de naranja y sal de gusano.
Nuestra anfitriona, vamos a llamarla Lila, en honor a la grande Downs cuya Paloma Negra sonó en los postres y cantamos (suavecito) y las dos Lilas y yo aquello de “quisiera arrancarme ya los clavos de mi pena, pero mis ojos se mueren sin mirar tus ojos, y mi cariño, con la aurora, te vuelve a esperar”.
Decia que Lila, nos contó mil historias de su bagaje vasco-mejicano, nos advirtió de algunos derroteros peligrosos que íbamos a tomar y nos regaló toda la «buena honda» que su mestizaje y su intensa vida han forjado en ella.
El Mezcal servido en tacita (elaborado de forma artesanal y traído al restaurante desde un lugar que no recuerdo) acompañaba el relato.
Le hablamos del libro que escribimos sobre comunidades de práctica y trabajo colaborativo, escuchaba atenta, nadie mejor que ella sabe lo que significa el poder de las redes. La conversación siguió recorriendo proyectos e inquietudes, hablándo de artesanos, de redes de colaboración, de equipos distribuídos, de [no] empresas…
”Tienes que conocer a Jose Luis”!!, decidió en un momento, agarró su teléfono y al cabo de media hora Jose Luís y Monica (su mujer) se sentaban a nuestra mesa sin saber muy bien por qué, pero confiando todos en esa habilidad innata que tienen las personas como Lila de identificar «conexiones cósmicas».
Eran ya las 5 de la tarde pero una segunda sobremesa estaba a punto de empezar. Jose Luis y yonos reconocimos enseguida, sacamos casi simultáneamente papel y boli de nuestras bolsas y como si el resto de la mesa (y del mundo) no existiera, empezamos a dibujar quien éramos y qué hacíamos: tecnología, redes, conocimiento, matemáticas, sociología, intercambio de herramientas (libros, referencias, ideas, proyectos, contactos…) y una emoción que iba en aumento ante la complacencia del resto de comensales, que entraban y salían de la conversación y que observaban divertidos como dos locos que viven a 10.000 km se entendían como si llevaran una vida trabajando juntos.
Jose Luis es Director de REDLICH (“Honestidad” en Alemán, su socio lo es ) consultora dedicada al diseño de redes de conocimiento. Fundador y Presidente de la Asociacion Mexicana de Multimedia y Nuevas Tecnologías y un investigador y emprendedor incombustible.
Una conversación mágica (estoy abusando de esta palabra últimamente) con alguien que había desechado por el camino las mismas ideas, tenía dudas comparables y conocimientos complementarios.
El caso es que la sobremesa de la sobremesa duró hasta la noche y tuvimos que improvisar alojamiento en un hostal cercano que por cierto también os recomiendo si no os asustáis por pasar la noche en un lugar extraño y funesto, divertido si te llevas bien con brujas y duendes ☺
Encontraréis en el blog de Jose Luis muchas de las cosas de las que hablamos (él las explica mejor), y nosotros nos veremos antes de irme para seguir estirando de algunos hilos.
Si vais por Querétaro, además de callejear por sus plazas, de comer en Ama Layú y de esquivar duendes, no dejéis de visitar el Acueducto. Dicen que Juan Antonio de Urrutia noble de Querétaro allá por los años 20 de 1700, se enamoró de una monja clarisa, sobrina de su mujer. Ante la desdicha de su destino le preguntó a su amada qué desaba y esta le contestó “Agua para el convento”!
Al dia siguiente, ya de vuelta a la estación preguntamos en un quiosco que autobús nos acercaba hasta allí, R 36 nos dijeron. Me sentí aliviada (una indicación coherente!!) la misma numeración que para venir!!. Nos dirijimos a una [no]parada de autobuses, metí la cabeza en el primero que encontré abierto y pregunté si iba a la estación. Hizo un gesto con el brazo para que entráramos. En la placa lucía un flamante 43.
Núnca dejarás de asombarme!!!. Leyendoté me parece estar viviendo las experiencias. Eres un genio!!!
Besos. Elena Díaz
María,
Creo que si sigues así tendrás que escribir dos libros: el que te ha llevado hasta aquí… y el que redactarás explicando las vivencias en el México profundo 😉
Elena! cuanto tiempo!, contenta de encontrarte por aquí y de seguir sorprendiéndote 🙂 en septiembre me paso unos días por MAdrid y nos ponemos al día. Un abrazo wapa!.
Si Marc, las dos experiencas se confunden y entremezclan. Espero que para bien, en su resultado final. Veremos. Gracias por pasarte. Un abrazo.
Maria, no dejes de escribir tus crónicas.
Sabes que lo haces muy bien? No es fácil transmitir lo que uno vive.
fyi, cuando lo colgaste, escribi un comentario des del iphone, però no pude publicarlo.
Besos i continua así, viviendo y transmitiendo…
Pilar
Gracias Pilar. Escribir ayuda (a mi siempre me ayudó) a ordenar la realidad, a encajar acción y pensamiento.
también es como un juego ordenando y desordenando pequeñas piezas de tu vida y montándolas para darle un orden armónico, un sentido estético.
Ahora que hay blogs, además lo comparto y si eso hace disfrutar a otros, pues qué mejor 🙂
El iphone es un invento del diablo 🙂
Un beso!
MJ:
Hace un tiempillo no me pasaba por aqui. Un placer leerte, o más bien, una pasada. Relato con ritmo trepidante.
Conectas puntos alejados con una maestría que admiro.
Sigue sorprendiéndonos,
¡¡suerte!!!
Hola Amalio, pasa por aquí cuando quieras, sin citas previas ni compromisos…esto es como una de esas casonas de Querétaro que tiene arcos en vez de puertas 🙂
Gracias por tu comentario. Me alegra que te guste.
Un abrazo colega.