Empresas a lo Hollywood

OceansLa primera vez que oí hablar de la idea “Empresas a lo Hollywood” fue chalando con Carlos Cosials. Fue en algún momento del 2005 y trabajábamos en gedas una empresa dedicada a la provisión de servicios tecnológicos, principalmente para el grupo Volkswagen.

La producción en gedas y el rigor metodológico en la dirección de proyectos era impresionante, la calidad y la eficiencia una garantía (decidí entrar en la organización, seducida por ello) , pero la innovación y la consultoria no formaba parte del core business de la empresa.

Aún así, y sin un departamento “oficial” ni una dedicación reconocida, un grupo de personas de distintos departamentos, formamos una comunidad dónde compartir prácticas, vocaciones, competencias y ayuda mutua, para hacer proyectos de consultoría (proyectos donde imaginar, crear, diseñar e innovar precedieran al desarrollo de productos y servicios). A veces lo hacíamos durante el tiempo libre o a escondidas de nuestros jefes oficiales. Ahora creo (y supongo que ya da igual que escriba esto), que éramos más ingenuos que rebeldes, pero eso es otra historia.

Guardo un gran recuerdo de mis años en gedas, pero llegó un momento en que me sentí (supongo que nos pasaba un poco a todos) encorsetada en mi departamento y mi rol. Y era difícil, muy difícil saltar las barreras que nos separaban a unos y otros, así que cuando Carlos nos explicó lo de “Empresas a lo Holylwood” fue como una revelación reconocida.

El concepto, descrito en el artículo que por entonces e publicó en infonomia, define una organización “líquida”, orientada a proyectos, de duración temporal (lo que dure el proyecto) y diseñada de acuerdo con los objetivos específicos de cada reto. Se termina el proyecto, se diluye la organización, y así hasta la próxima aventura.

Un buen lema sería “Equipos especiales para Proyectos únicos”.

Algunas ventajas obvias serían:

. La optimización de costes ya que no hay “cargas estructurales”. Se paga por valor neto.

. La idoneidad, ya que permitiría que cada uno participe en aquello para lo que realmente está hecho. En lo que es un especialista. En lo que le apasiona hacer.

. La diversidad, facilitando la integración de disciplinas que difícilmente se encuentran juntas en una organización. Cada vez más va a ser necesario conceptualizar proyectos donde la aportación de tecnólogos, científicos, humanistas…permitirán desarrollar propuestas de valor

.La eficacia (casi la honestidad) porque la oferta de servicios no está ligado a productos, ni a planes internos de producción, ni a stock de conocimiento, perfiles, o recursos que tenemos contratados. De hecho se podría pensar que no hay portfolio. La marca se basa en los valores, en las actitudes, en el compromiso y la confianza pero el portfolio se diseña en cada momento, para cada cliente, para cada necesidad.

. La motivación y el compromiso se establece entre las personas y con el proyecto, algo mucho más fácil de conseguir, más natural quizás, que la adscripción a una marca, unos valores y unos objetivos a veces intangibles, abstractos, alejados o incompatibles con las vocaciones personales.

En el 2005 (parece una eternidad, curiosa sensación), esto parecía una utopía, hoy me parece casi una necesidad ineludible y una realidad en muchos rincones de esta economía cada vez más distribuida. Hoy es también una convicción personal y una apuesta profesional.

La lista de ventajas seguramente es incompleta, pero me interesa más identificar los puntos débiles del modelo, los riesgos, las restricciones, los problemas. En ello estoy, pero si alguien tiene ideas, serán muy bienvenidas.

Categoría: Proyectos

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Comentarios: 19

  1. cumClavis 09/01/2009 at 06:01 Reply

    Coincido en que es realmente difícil identificar puntos débiles en este modelo. Después de leerte se me ocurre que, quizás por una razón distinta de la que en gedas os hacía «trabajar a escondidas», uno de los riesgos de estos equipos sea justamente el de las reacciones contrarias que generan en su entorno, incluidos en aquellos a los que realmente sirven.
    Incomprensiblemente la mediocridad genera más confianza en muchos…

  2. MarcG 09/01/2009 at 08:07 Reply

    A mi, de entrada, se me ocurren dos dificultades:

    1- Al ser empreses ‘líquidas’, se crean cuando hay un proyecto y desaparecen cuando éste termina, no pueden generar una imagen de marca, una reputación que ayude a conseguir nuevos proyectos.

    Es cierto que seguramente esto se subsanará con el prestigio de los miembros que forman la empresa, la imagen de marca pasa de la empresa a los individuos.

    2- Otro problema, derivado del anterior, es que mientras todos están completamente implicados en el proyecto… nadie busca posibles nuevos proyectos.

    Entiendo que el ser una empresa ‘líquida’ su objetivo no es buscar nuevos proyectos, pero también es cierto que sus individuos pueden llegar a tener ‘parones largos’ entre proyecto y proyecto y esto puede llegar a ser un freno para que los profesionales quieran participar en este tipo de empresas.

    Hay que recordar que la mayoría de gastos tienen una cadencia continua: hipoteca, servicios básicos, niños, créditos, etc.

    Estos gastos, particularmente la hitoteca y los niños, frenan a que la gente se ‘aventure’ en empresas ‘líquidas’, (como mínimo éste es mi caso).

  3. Manu Fernández 09/01/2009 at 08:12 Reply

    ¿Puntos débiles? Me temo que siempre hay alguien que ejerce, quiere ejercer o directamente representa la figura de empresario, es decir, el que ha puesto la pasta en todo ese tinglado líquido. Y esa persona, normalmente, salvo honrosas excepciones, siempre va a querer lo tradicional: una estructura visible que justifique sus beneficios como intercambio de su inversión. Y todo eso tiene efectos prácticos solidificantes: estructuras, centralización, preeminencia de lo corporativo sobre la autonomía personal,….En fin, no sé si lo explico bien.

  4. Odilas 09/01/2009 at 09:42 Reply

    cumClavis, empezamos fuerte!. Que la mediocridad asusta menos que la excelencia es una triste realidad y luchar contra eso, no sé si vale la pena.

    Hay algo que quizás si que podemos hacer: A veces las comunidades, con más o menos consciencia, proyectan una imagen de elitismo. Parecemos abiertas, pero podemos, con actitudes arrogantes, no permitir que otros se acerquen y se consideren iguales.
    Creo que es relativamente fácil caer en esto y controlarlo puede facilitar la relación con el entorno. ¿sigo siendo ingenua verdad?

    Marc, lo de la marca es importante, porque como dices después se necesita un recurrente de proyectos. Lo de la marca personal está claro aunque no sé si es suficiente. En cualquier caso, precisamente en consultoria y en general en servicios, la marca es personal. Los clientes confían en las personas que conocen y les da igual cómo se llame su empresa o qué color tenga su logo(quizás exagero). De todas formas, se podría crear también una marca que defina los valores comunes, y que no necesariamente tenga que ser una «empresa» una entidad jurídica. ¿?

    El punto 2 . No sé, estamos acostumbrados a jerarquías funcionales. Unos mandan, otros venden, otros producen. Qué pasa si todos vendemos y todos producimos, y nos buscamos cuando nos necesitemos. Todos participan en proyectos y todos buscan nuevos proyectos. Si la confianza es personal los nuevos proyectos vendrán de clientes que confíen en cada una de las personas de la red. La acción comercial debería estar en cada pestañeo de cada persona.

    Lo explicas perfectamente Manu. Esto me preocupa, porque mal llevado, tira abajo el sistema. El otro día, en una conversación con un experto en metodologías P2P de producción, me decía que la figura del líder es imprescindible. Cosa distinta a la que planteas, ya. Pero quizás la clave está ahí, no hay poder (o el poder -la autoridad- es el que necesita el proyecto concreto). Lo que hay fuera del proyecto (la producción concreta) son líderes que conectan, dinamizan e inspiran, pero desde luego, con modelos de gestión no propietarios, no jerárquicos. LA corporación es casi vapor.

  5. Julen 09/01/2009 at 15:13 Reply

    ¿Y si dejamos que las cosas sigan su curso? ¿y si hay química en un proyecto concreto para un cliente concreto y de ahí se deriva un proyecto de más largo plazo y no con la perspectiva del proyecto-a-proyecto?
    Cada vez más creo en los modelos emergentes, que no plantean una forma de organización previa, sino que dejan que el curso de los acontecimientos guíe la organización.
    Hay muchas formas diferentes de ser felices, quizá también haya muchas formas diferentes de organizarnos. Diversos que somos, personas y empresas.

  6. Iñaki 09/01/2009 at 15:17 Reply

    Me encanta esta especie de metodología líquida (por proyectos) como forma de organización empresarial, pero me imagino que no se adaptará igual de bien a todos los tipos de empresas.

    Creo que puede funcionar bien con actividades intensivas en conocimiento y peor con actividades más «rutinarias». Es lo que se me ocurre de entrada, aunque igual sería cuestión de analizarlo más despacio.

    En cuanto al papel del empresario, que le preocupa a Manu ;-), el propio Alfons lo define así en este tipo de empresas:

    «disponer del mapa de expertise para saber localizar los mejores ante un proyecto y ser capaz de ejercer el liderazgo sobre una tribu de personalidades
    acusadas que se entienden a sí mismas como “radicales libres”.

    Por cierto, me ha hecho ilusión tocar el ejemplar en papel de esta revista que conservo en casa ;-).

    Un placer, como siempre.

  7. Odilas 09/01/2009 at 20:06 Reply

    En realidad Julen lo previo no es la forma de organizarse, estamos de acuerdo que eso lo marcará «el curso de los acontecimientos». La química no se puede planificar. Doy fe ;-(.
    Lo previo es quizás, proporcionar las piezas del lego para que cada uno monte su juguete. Hay muchas personas que, aunque muy buenas en lo que hacen, solas no verán en este modelo una alternativa a la empresa standard, pero que en una comunidad de complementariedades se sentirían más capaces.

    Pero he de reconocer que tengo tendencia al método, mi complemento mental son los «radicales libres» como referencia Iñaki

    Supongo que es así Iñaki, las empresas orientadas a la producción quizás no necesitan tanta liquidez, pero tampoco estoy muy convencida de esto.
    Me haces pensar que también depende del tipo de organización del cliente, de sus requisitos de contratación, de sus procesos de evaluación proveedores, de la dimensión de los proyectos…

    Un placer compartido.

    Gracias

  8. legnita 11/01/2009 at 08:00 Reply

    En mi caso fue Alfons Cornella (www.infomia.com) el que me permitió conocer esta forma de constituir equipos de proyecto en 2005 http://www.infonomia.com/blog/perm.php?id=2152
    y estoy convencido que es una buena oportunidad para la realización de proyectos TIC, pero no conozco ninguna empresa que tenga realmente este enfoque. Como mucho se recurre a la subcontratación predominando la reducción de costes sobre la incorporación de talento. Por otro lado tampoco conozco muchos profesionales que estén dispuestos a vivir al estilo freelance e ir de proyecto en proyecto.

  9. Odilas 12/01/2009 at 23:47 Reply

    Hola legnita, gracias por comentar. Me he pasado por tu blog y como te comentaba, compartimos pasiones.

    Yo, en principio no tengo nada en contra de la subcontratación, permite la flexibilidad que requieren, cada vez más, los proyectos. El problema, como comentas, es la relación a veces mal entendida, entre costes, valor y talento.

    Las metodologías ágiles están proponiendo alternativas a la sobregestión y las «empresas por proyectos» pueden ser dar una respuesta la sobreorganización.

    Un placer conocerte

  10. josempelaez 15/01/2009 at 11:43 Reply

    Considero que el modelo que investigas tiene mucho sentido en los proyectos de consultoría que te interesan.

    Con gente que escribe las cosas que tú plasmas no creo que el liderazgo plantee ningún problema relevante.

    El asunto comercial lo veo algo más complicado, pero tampoco lo veo como una barrera muy resiliente 😉

    ¿Has analizado el funcionamiento de los Grupos de Investigación de las universidades, instituciones científicas…? Creo que hay ciertas similitudes que pueden arrojar alguna luz sobre el reto.

    Quiero aprovechar para felicitarte, entre otras muchas cosas, por tu atrevimiento, clarividencia y enorme sensibilidad.

  11. Odilas 16/01/2009 at 19:30 Reply

    Gracias por tus palabras Jose María.
    La verdad es que no me he acercado mucho al mundo académico, pero seguro que hay lecciones que aprender.

    Un saludo y gracias por pasarte.

  12. Anonymous 25/02/2009 at 12:09 Reply

    No sé cómo he caido en este blog.
    No soy empresario. Estudio sociología y me interesan las organizaciones. Pero creo que deberías tomaros en serio las consecuencias humanas inherentes a un modelo de organización líquido. Los vínculos sociales «líquidos» que promueve el capitalismo flexible no son la mejor manera de fomentar el «capital social», entendido como la relación de confianza del individuo con su organización y sus miembros. Para profundizar en estas cuestiones recomiendo cualquiera de los libros de Zygmunt Bauman para comprender porqué el adjetivo «líquido» hoy define bien el tipo de sociedad en la que vivimos. Y para las consecuencias humanas de la organización flexible cualquiera de Richard Sennett, especialmente La corrosión del carácter. No es broma.

  13. Odilas 25/02/2009 at 23:18 Reply

    Vengas de dónde vengas, bienvenido, anónimo. Creo que entiendo tú preocupación (he leído bien a Bauman). La liquidez no es un triunfo social, más bien una consecuencia de la sociedad que vivimos, que nos hace más vulnerables y más solitarios, aunque esas relaciones (ahora casi meras conexiones) nos hagan tener la ilusión contrarias.
    Yo no defiendo este modelo en la relación entre organización y sus miembros, lo que planteo es reconsiderar el concepto mismo de organización.

    Hemos otorgado un poder desmesurado a las organizaciones. A cambio de una falsa sensación de protección, hemos dejado que diseñen y controlen nuestros destinos profesionales. Y algunas, muchas, han abusado de esa transacción. Creo que hay modelos alternativos, donde cada individuo decida con libertad, dignidad y responsabilidad, qué entrega y qué recibe.

    Ante un proyecto, las relaciones han de ser absolutamente sólidas. Sin una estructura bien consolidada, es difícil llevar un proyecto a buen término. Pero una vez terminado el proyecto, la relación se vuelve a negociar y el individuo tiene tanto a decir como la organización.

    Bueno, no sé si me explico o te lio (preocupo) mas.

    En cualquier caso, gracias por tu reflexión

  14. Vicent González i Castells 01/04/2009 at 19:56 Reply

    Haberlos, haylos.

    Vengo del mundo del desarrollo web soy freelance y en nuestro sector, y bajo estas premisas, es muy habitual montar equipos adhoc. En mi caso, como en el de muchos otros, yo soy el gerente, el comercial y la mujer de la limpieza. Pero tengo carencias, entre otras, de tiempo, y en estos casos, me apoyo en otros profesionales que no se resignan a decir no a un proyecto por falta de tiempo o de conocimientos. Nos entendemos bien. Pensamos igual y sabemos que es la única solución, la única alternativa al ‘no puedo coger el proyecto’, y muchas veces, la única manera de tocar proyectos más grandes que tu mismo, que es lo mismo que decir, más grandes que tu empresa.

    Geniales las aportaciones. Os sigo 😉

  15. Vicent González i Castells 01/04/2009 at 19:58 Reply

    Me acabo de dar cuenta del detalle de ‘la mujer de la limpieza’. Machismo integrado en el lenguaje.
    Disculpad todos, en especial la anfitriona 🙂

  16. Odilas 01/04/2009 at 22:51 Reply

    Disculpado Vicent. Te conozco los suficiente como para dar fe de tu sensibilidad y respeto.

    A mi me encanta trabajar contigo, ya lo sabes, pero no es tan habitual, o por lo menos no es tan habitual con la actitud, la energía y el compromiso con que tú lo haces.

    Yo te sigo a tí 😉

  17. 6p01156fb3be86970c 04/06/2009 at 06:47 Reply

    Odilas:
    El modelo es apasionante, pero mucho me temo que solo funciona bajo dos condiciones:

    1) Para profesionales que ya tienen «marca personal», de muy alto nivel de excelencia, y que por lo tanto, el factor-riesgo (entiendase, miedo a no tener contratos) tiende a cero. En estos casos, la «acción comercial» de la que habitualmente se encargan las empresas «solidas» es irrelevante, porque te vendes solo/a.

    2) Negocios que funcionan con una lógica de proyectos, que no son todos, e incluso son la minoría. La mayoria del valor se genera en «negocios de productos», donde la estructuras estables son un plus.

    Humildemente creo que la primera condición hace que este modelo «liquido» reduzca mucho el ámbito de aplicación a la parte muy alta de la pirámide.

    En el fondo de todo, Odilas, está la «gestión del riesgo». Las empresas «solidas» hacen de buffer para proteger a la gente de los vaivenes de facturación. Y eso lo necesita, gústenos o no, a la mayoría de la gente.

    Pero si tu eres tan bueno/a como para no necesitar «accion comercial», y te llegan tantos proyectos al año (porque «fluyes» como Dios en «lo liquido») para asegurarte los ingresos que necesitas, entonces ¿para que vas a querer ese «buffer» que te crean las empresas «solidas»?.

    Me gusta, como te he dicho, el concepto. Pero creo que refleja en buena medida la posición privilegiada que en lo profesional tienen muchas de las personas que han opinado, a los que es posible que proyectos nunca le falten. Entended «privilegiada» en el mejor de los sentidos, por favor.

    Por último decir que la empresa «liquida» puede ser divertida, desafiante y una fuente inagotable para conocer y aprender más. Pero si no se articula dentro de «redes de confianza» con feeling, con una quimica detrás, puede agudizar la sensación de no-pertenencia. Hay personas que lo llevan bien, pero muchas no, que necesitan «redes estables» a las que pertenecer, y éstas no pueden ser «liquidas».

  18. Odilas 04/06/2009 at 18:59 Reply

    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

  19. Odilas 04/06/2009 at 19:02 Reply

    Hola Amalio, me gusta verte por aquí, aunque sea para discutir 😉

    Sobre la condición 1, opino lo contrario. Creo que puedes ir de «solo» por la vida cuando tienes ese nivel de marca personal del que hablas (y ni eso). Una red como la que propone el modelo sirve para dar cobertura a excelentes (eso sí) profesionales que o bien por visibilidad y accesibilidad directa al mercado o bien porque su servicio es muy especializado, necesitan un ecosistema mayor.
    Precisamente porque muy pocos pueden «verder solos», es necesaria una red dónde todos los nodos son enlaces comerciales de los demás y todos los nodos son complementos de productos y servicios a la oferta profesional de cada uno.

    Sobre el riesgo, sí, es cierto, hay que aprender a convivir en ello. Hay que estar dispuesto a vivir con menos si es necesario, a planificar las necesidades, depende de tu entorno y de cuantos dependan de ti, del carácter supongo…de muchas variables, y cada uno conoce las suyas.
    Nadie somos inmunes, pero las empresas «sólidas» tampoco me garantizan demasiada seguridad, y para muestra 4 millones de botones (no quiero hacer demagogia). Espero que se entienda lo que quiero decir.

    El tema es que entre las empresaas «solidas» que muchas hacen todo menos «proteger a la gente» y ir por la vida de freelance autónomo, hay algo a explorar en medio que permita beneficiarse de las ventajas de los dos modelos. Beneficiarse los clientes, los profesionales, y el sistema en general.

    «Pero si tu eres tan bueno/a…», jaja, sí soy buena, buenísima en algunas cosas, aceptable en otras, y mediocre en la mayoría. Todos necesitamos «acción comercial», pero eso, también lo refuerza la red. Una red, como dices, basada en la confianza y en conocer a las personas, sus habilidades y la capacidad (feeling, química..etc) para colaborar.

    Lo de privilegiada, te lo acepto porque matizas el sentido, pero te aseguro que muchos días, presentes y pasados, me hubieras llamado cualquier cosa menos privilegiada 😉

    Creo también que hay una caraterística esencial que caracteriza a los que eligen este modelo (y seguramente muchos de los que están en empresas tradicionales): Yo no trabajo por dinero. Trabajo porque disfruto con lo que hago y por la satisfacción de aportar valor a mis clientes. Los ingresos son un indicador de ese valor, que por supuesto necesito y de los que dependo. Pero ese matiz es importante, creo. Hace que en la balanza cambien de peso algunas cosas.

    Déjame pensar en el punto 2. no lo tengo claro. A priori, la lógica de proyectos se puede aplicar tanto a servicios como a la elaboración de productos. Pero creo que ese no es el hilo que te respondería.

    Bueno sigo en otro momento, que tengo a un cliente esperando que «fluya» 😉

    Gracias por tus análisis, siempre estimulantes. Y hasta pronto

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