Son días de reflexión. El frenesí de celebraciones con familiares y amigos, se alternan con momentos solitarios de introspección.
Estos últimos, a veces son sosegados y otras la cabeza se dispara y empieza a conectar lecturas, experiencias, conversaciones, ideas, intuiciones.
El proceso se calma cuando llego a algún punto que permite la síntesis, la comprensión, la narración, porque es el lenguaje el que nos permite transformar una intuición en conocimiento que poder compartir (compartirlo con otros, compartirlo con nosotros mismos –reflexión-, o contrastarlo con la realidad). El método se lo debo a Wagensberg, al que nunca he entendido tan bien como ahora.
Pero el sosiego dura poco. Enseguida la pieza comprendida, toma vida propia, se ramifica, se interconecta y vuelve a empezar el camino por el desierto hacia el nuevo oasis.
He de reconocer que me estoy divirtiendo, aunque también hay momentos de angustia intelectual y de frustración por mis limitaciones intelectuales.
Y sobre qué reflexiono?: Pues abusando un poco de trascendencia, de lo que quiero hacer el resto de mi vida o por lo menos, de la forma que tiene lo quiero hacer el año que empieza en pocas horas. Es difícil i atrevido imaginar a dónde nos llevarán los pasos que vamos dando, pero hay que trazar un camino y estar dispuesto a disfrutar del viaje, sea cual sea el destino.
Crear es seleccionar, y el reto es descartar todas aquellas cosas que no haré por falta de tiempo, por falta de inteligencia, por falta de interés, por falta de coherencia, por falta de clientes(!).
Todos somos especiales haciendo algo y es relativamente fácil observarlo si nos fijamos en cuándo disfrutamos con lo que hacemos, por qué nos valoran los demás, o qué tienen en común las cosas que nos salen geniales. Se trata de buscar la esencia compartida en todo lo que hacemos. Encontrar lo común entre lo diverso.
Yoriento nos invitada estos días a responder ¿Qué es lo tuyo? y le prometí un réplica, aún no lista para ser compartida.
Creo que es una pregunta importante, que no puede paralizarnos pero sobre la que vale la pena detenerse. Vivimos en un mundo rápido, pero hay decisiones que no se pueden improvisar.
Va a ser un año de cambios, muchos nos encontraremos de forma voluntaria, inducida o forzada ante la tesitura de redefinir nuestra actividad profesional. Estamos en crisis, sí, pero precisamente por eso, esta sociedad y todos sus agentes (económicos, políticos, sociales, institucionales) van a tener que enfrentarse a transformaciones aplazadas durante demasiado tiempo. Cambios que necesitarán que cada uno de nosotros se encuentre en el lugar y disposición adecuados para satisfacer las necesidades individuales y colectivas que tenemos.
Este es el último post de mi año. Y quería dedicarlo a invitaros a esta reflexión (quizás egoístamente, para compartir el viaje ;-). Pero sobretodo quería usarlo como agradecimiento a todas las reflexiones, ideas, conversaciones, críticas, réplicas, confirmaciones, inspiraciones, relaciones…, que aquí y en otros lugares vecinos, hemos compartido.
Estos días me doy cuenta de que no puedo sentirme propietaria de ninguna de las ideas que exploro. Será mía (y tampoco estoy segura) la forma singular de relacionarlas y aplicarlas, pero los ingredientes son de todos, desde los más antiguos pensadores de los que conservamos documentos, hasta los más contemporaneos intercambios virtuales que vivimos estos días.
El mundo avanza gracias a esa conversación que a través del tiempo y el espacio hace que los seres humanos, de vez en cuando, seamos capaces de ponernos de acuerdo sobre la importancia de poner nuestras capacidades y motivaciones al servicio del bien común.
Espero que el 2009 sea un año del que podamos todos sentirnos orgullosos por ello.
Feliz Noche.
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María Jesús, no hay prisa. Tienes un año completo para dar y darte réplica. Y no serán las razones sino las experiencias tus mejores consejeras.
Un beso de fin de año. Creo que ya llevo unos cuantos 😉
Por besos, que no quede 😉
Compartiremos algunas de esas experiencias.
Que disfrutes
Otro desde aquí arriba, al sur de Islandia. Todo saldrá bien.
Seguro Julen. Un abrazo y que vaya bien la fiesta por ahí por el sur.
María Jesús:
La verdad, no esperaba reflexionar a pocas horas de acabar el año…
…pero me encanta hacerlo!
Sintetizándolo mucho, creo que este 2009 será, tal como comentas, un año de cambios, un año difícil para algunos pero, también, interesante para otros.
Quizá ‘interesante’ no es el mejor adjetivo… pero ahora no se me ocurre ningún otro.
En mi caso, espero que este 2009 sea ‘innovador‘. Innovador pq.
quiero innovar personalmente,
quiero innovar en mi trabajo (ya he ‘lanzado’ una propuesta a mis jefes),
quiero innovar en mis relaciones familiares.
Ya ves, mi esperanza, mi deseo, para el 2009 es la innovación.
Feliz año.
Hola Marc, suerte con esos proyectos. Tiene buena pinta tu año. Lo de innovación y familia tiene su miga, ya nos contarás (si se puede ;-).
Feliz año y un abrazo.