Europa, grande, libre y pura

«Uno de los mayores peligros de nuestro tiempo es el contagio, al que estamos expuestos más que nunca –en seguida sabemos lo que ocurre en cualquier parte del mundo y podemos copiarlo–, y en unas sociedades en las que, además, nadie tiene el menor reparo en incurrir en el mimetismo. Y a nadie, desde luego, le compensa ser original e imaginativo, porque resulta muy costoso ir contracorriente. Es el nuestro un tiempo pesado y totalitario y abrumador, al que cada vez se hace más difícil oponer resistencia. Y así, las llamadas “tendencias” se convierten a menudo en tiranías» 

Así empieza un artículo de Javier Marías, publicado en El País hace unos días,  en el que muestra su asco a la reciente Directiva de retorno de inmigrantes aprobada el pasado 19 de junio en el Parlamento Europeo.

Suscribo el mensaje del artículo, y de los muchos que se han escrito en contra de la aplicación de estas medidas. El de Marías es violento y radical, acorde con mi desconcierto y mi rabia.

Si lo de las 65 horas, nos parecía un retroceso de los derechos de los trabajadores y de los avances sociales en nuestro progresista continente, la directiva de inmigración, me parece un atentado contra los derechos humanos más fundamentales y su aprobación en el parlamento una prueba de que los principios ideologicos de los partidos, son a veces víctima de la instrumentalización política o simplemente estrujados detrás de actitudes acomplejadas y cínicas.

Pero más allá de las consideraciones humanitarias del asunto, me preocupa sus implicaciones geopolíticas. Cómo va a afectar estas acciones a las relaciones internacionales entre países involucrados a ambos lados del conflicto y cómo vamos a conseguir la tan necesaria integración cultural, religiosa y económica de todos los habitanates de este planeta (que extraño y estúpido me suena ahora aquello de la Alianza de Civilizaciones ) para resolver juntos retos tan vitales como el cambio climático, la crisis alimenticia o la recuperación de países subdesarrollados?

Separados, aislados, falsamente protegidos en nuestro bunker de confort, somos más débiles que juntos. A estas alturas ya deberíamos haberlo aprendido.

Pero “África se fue de la cumbre del G-8 con las manos vacías”, promesas incumplidas, acuerdos vagos, papel mojado falto de compromiso y responsabilidad. “África tendrá que seguir apanándoselas como pueda”, pero a Europa, que ni se acerquen.

A mi todo esto me parece una bomba que algún día nos estallará en nuestras blancas y limpias manos.

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Comentarios: 5

  1. Alorza 09/07/2008 at 15:20 Reply

    Justa indignación. Y no se aprecia que vaya a haber un cambio de orientación. Mal vamos.

  2. Senior Manager 09/07/2008 at 18:50 Reply

    Si bien es cierto que la medida es el seguimiento inequívoco de la tendencia europea de culpabilizar a la inmigración de su problemas. También encierra una amnesia total por parte de varios países europeos, cuyos pobladores tuvieron que recurrir a la emigración cuando en Europa soplaban vientos de guerra. No por nada muchas elecciones regionales se deciden en Argentina y Venezuela en donde aún quedan decenas de miles de europeos que una vez tuvieron que emigrar tal y como lo hacen ahora miles de personas que buscan en Europa la humana oportunidad de una vida digna.

  3. Nicolás 10/07/2008 at 15:29 Reply

    Interesante reflexión defediendo una posición que tuvo sus orígenes en la ilustración allá por la mitad del S.XVlll…aunque parezca muy moderna. Se defendía apasionadamente bajo el nombre de Universalismo y queriendo constatar con ello que cualquier ser humano que habite cualquier lugar del planeta debiera de ser capaz de sentir a su hermano hasta al punto de ser capaz de defender por él cualquier cosa que defendiera para sí mismo o para sus vecinos.Han pasado más de doscientos años e infinidad de documentación sobre solidaridad, derechos humanos, justicia, etc pero seguimos dando vueltas alrededor de nosotros mismos.

  4. Odilas 10/07/2008 at 19:38 Reply

    Gracias por vuestra sensibilidad y las lecciones de historia. A veces no sé si la necedad es fruto de la amnesia o de la ignorancia.

  5. Marian 11/07/2008 at 20:48 Reply

    Y aquellos que somos inmigrantes por estilo de vida (como yo), o por necesidad, nos preguntamos por la ceguera de aquellas personas que ponen las reglas y las prohibiciones, que ponen muros en las froteras, que ponen corazas en sus corazones ante la visión extendida del amplio mundo que nos tocó vivir.

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