Hoy he asistido el Congrés Internet, Dret i Política que organiza l’Internet Interdisciplinary Institute de la UOC.
Ví la convocatoria en el Blog de MarcG y se lo agradezco porque no ha tenido desperdicio. La calidad tanto de forma como de fondo de los ponentes era excepcional.
Muchas reflexiones anotadas y documentación por revisar y profundizar en ideas y materiales…Ya las iré madurando y compartiendo.
Hoy (y a estas horas) sólo una pregunta, que no me he atrevido a plantear en público:
¿Estamos preparados para tanta tecnología?
El primero que me lo ha hecho pensar ha sido el profesor Eben Moglen , que nos advertía de las amenazas de alimentar con nuestros datos y comportamientos al ente RED. Un ente en manos del “lado oscuro de la fuerza” del capitalismo más salvaje, que más pronto que tarde diseñará mecanismos para predecir nuestro comportamiento y lucrarse con esas previsiones.
“Los registros de los servidores web, representan un rastro verdadero de quien eres y que haces. A través de procesos de datamining se analiza el comportamiento humano. Construyen un modelo de ti. Una predicción de tu comportamiento (a corto y a largo). En los Sistemas de vigilancia en los que decidimos vivir, todo lo que hacemos es parte del modelo de lo que harás en el futuro”
Nos hablaba de la confluencia de fuerzas del capitalismo y la tecnología como un escenario contra el que deberíamos “awarearnos”
Después, de la mano de Monica Ariño, consejera política del equipo internacional de la OFCOM, hemos transitado por el controvertido mundo de la regulación (y todas sus variables: autorregulación, autorregulación obligatoria, opcional, asistida…) de los contenidos audiovisuales en la era digital y en concreto en Internet.
Enseguida han saltado a debate preguntas de difícil resolución:
- ¿Dónde están los límites entre la libertad de expresión y el derecho a la protección ante contenidos “agresivos”?
- ¿Cómo impedir el consumo de pornografía o contenidos –no buenos- a menores?
- Podemos saber (con controversia y dificultades) lo que es legal o no, pero cómo discernir lo que es bueno de lo que es malo (no siempre coincidente con lo legal ilegal)?
- Cómo evaluar el contexto en que lo bueno deja de serlo y lo malo no lo es tanto?
- Cómo evitar que se cuelgue en la red un video de una paliza a un indigente?
- El problema es el video y su distribución, o tenemos un problema más grave, social? Cultura?, educativo?, espiritual?
- Vivimos la televisada guerra de Irak en directo como si se tratara de una versión gore de Gran Hermano? La barbaridad reside en la difusión?
- ….
Joan Trueca comentaba que el peligro es que el control de los contenidos ha dejado de estar en manos públicas (gubernamentales) para trasladarse a manos privadas. Pero creo que hay que ir más allá: el poder lo tienen las masas, los individuos.
Pero es aún un poco más complejo: los individuos nos comportamos de una forma, y las masas de otra, aunque estén formadas por individuos. Miguel Pérez apelaba por la tarde a los valores universales del individuo a su educación y a su ética, pero Amadeu Abril, acertaba –en mi opinión- al matizar que los individuos podemos no ser muy buenos, pero que en masa podemos ser peores.
Todo ello que hace insistir en la pregunta inicial y esencial para mi. Estamos preparados para tanta tecnología?. Está preparado el ser humano para ejercer la libertad que el progreso tecnológico está poniendo en nuestras manos? Hemos evolucionado lo suficiente como “especie” como para hacer uso del poder que estamos empezando a tener?
En un mundo más complejo, más incontrolado (por mucha regulación con la que pretendamos fingirnos una seguridad), más amplificado (la red nos permite hoy movilizar masas de voluntades o apatías), vamos a ser capaces de colectivizar lo mejor que llevamos dentro, o por el contrario tendremos un escenario global, accesible y colectivizado, impúdico de la miseria humana.
Hemos sido capaces de desarrollar tecnología fascinante. Estamos preparados para usarla bien?
Etiquetado: 2.0, Administración, blogosfera, internet, UOC
No es pregunta con respuesta única. Habrá, hay ya, buenos y malos usos. Riesgos potenciales muchos; pero también claros beneficios. Con cada nuevo salto tecnológico de la humanidad nos hemos hecho esta pregunta. Yo soy optimista; pero esa es mi naturaleza.
Sin querer pasar por alto sus peligros, me parece que tenemos demasiados jeremías deseando que algo salga mal, para poder quejarse.
En los primeros momentos de la electricidad, muchos la denunciaron como una tecnología peligrosísima. Y. ¿qué decir del teléfono móvil? Parecía que nos íbamos a arruinar con llamadas a teléfonos eróticos, y eso después de haber sufrido severas mutaciones gonadales debidas a las radiaciones malignas.
La tecnología no hace la vida más fácil. Por lo general, la empleamos bien.
Quienes se dedican profesionalmente al mal (ejércitos, terroristas, delincuentes…) la usarán para el mal, claro está, pero lo mismo podría decirse de los cuchillos de cocina.
No hay nada más humano que la tecnología.
EStoy de acuerdo con vosotros, pero hay días que mi confianza en el ser humano hace aguas.
Si no avanzamos en valores, en respeto, en globalizar derechos, en asegurar libertades, en garantizar las protecciones más básicas..tener más «poder» me asusta un poco.
Y hay veces que parece que involucionamos como especie. Entonces me parece que, respecto a la tecnología, somos algo así como unos niños inconscientes con una bomba entre las manos.