Cerrado por Transfusión

Me voy unos días a poner a tono los sentidos. Intentaré dejar de pensar, o pensar en cosas diferentes a las habituales, buscaré reconciliarme con mi cuerpo, recuperar la conversación con la naturaleza (el mar en este caso), dejar de controlar y dejarme llevar por el paso de las horas y las apetencias del espíritu, aprender de otras culturas, conocer a personas que probablemente no volveré a ver jamás (situación que permite lazos tan honestos e intensos como fugazes)… y leer  y  pensar y sentir. 

Parece una huída (me decía una amigo), pero no lo és, me voy conmigo, y conmigo volveré. Es sólo una puesta a punto, es desenchufar algunos cables, desactivar algunas conexiones, es reciclar energía, algo así como una necesaria transfusión de alma.

Hasta pronto y que disfrutéis hagáis lo que hagáis.

Hacer que las cosas pasen

Hace unos días, el ponente que desarrolló magistralmente una sesión sobre «liderazgo en tiempos líquidos», me acercó amablemente a mi casa en su coche (el mío era uno de esos «cacharritos» de empresa que entregas al salir del entorno «protegido». Dramatizo, en realidad devolví el coche de empresa hace meses. porque no me aportaba valor añadido).

Nos dio tiempo a charlar un poco sobre proyectos pasados y futuros, a reflexionar sobre cómo está el mundo, a conocernos un poquito y a intercambiar píldoras de conocimiento (yo salí ganando).

Al preguntarle «Pero tú, exactamente, qué haces?», él me respondió : «Hago que las cosas pasen«. Bromeamos sobre la descripción, tan presuntuosa como abstracta, pero en realidad, me parece una de las definiciones más acertadas (ahora que andamos cuestionando definiciones 😉 de un Consultor.

Conseguir que las cosas pasen, requiere toneladas de energía positiva y de inteligencia y una buena dosis de temeridad (idealismo?). Requiere no tener atincuerpos inhibidores de la capacidad de soñar(como lo explican muy bien Mikel i Marcet). Primero hay que saber qué cosas tienen que pasar, en la organización que está confiando en nosotros, en su entorno, en su genética social, en el alma de sus personas. Luego, depende de lo que se trate, buscaremos a los especialistas en cada ámbito (directores de proyecto, gurus dela comunicación, gestores del cambio, ingenieros de procesos, tecnólogos, docentes…) y montaremos la red, formaremos la banda, y nos aseguraremos, de que las cosas pasen, de que las proyecciones se conviertan en acciones, de que los sueños se transformen en realiades, de que el mundo que nos encontramos sea diferente al que dejaremos al irnos (preferiblemente mejor!)

Muchas veces, uno no sabe muy bien qué ha hecho, su condiciónde generalista hace que no haya nada tangible, ni siquiera acotado aunque efímero, al que atribuirle el sentimiento de propiedad y de logro, pero está claro que hay personas sin las cuales, las cosas, sencillamente, no pasan. Virgili, estoy segura, es una de ellas.

Gracias por el trayecto!.

Tiempos Líquidos

Zygmunt Bauman, ha acuñado uno de los más acertados slogan a los que nos aferramos, como mantras sosegadores, en un intento colectivo de conceptualizar el desconcierto, en momentos de transformación socio-cultural como en el que estamos inmersos.

Según Barman estamos transitando desde una sociedad sólida –estable, repetitiva- a un “tiempo líquido” –flexible, voluble- y describe las causas que nos han llevado al escenario social, económico, político y cultural en el que estamos (si es que “estamos” en algún sitio). En su libro «Tiempos Líquidos. Vivir en una época de incertidumbre», apunta y desarrolla cinco causas:

CAUSA 1. Las formas sociales ya no pueden mantener su forma por más tiempo, porque se descomponen y se derriten antes de que se cuente con el tiempo necesario para asumirlas.

CAUSA 2.  La separación entre Poder y Política. Gran parte del poder requerido para actuar con eficacia, del que disponía el estado moderno, ahora se está desplazando al políticamente incontrolable espacio global….la carencia de poder resta progresivamente importancia a las instituciones políticas existentes, cada vez menos capaces de responder a los problemas cotidianos de los ciudadanos, motivo por el cual estos, a su vez, prestan menos atención a dichas instituciones.

CAUSA 3.  La gradual supresión de los seguros públicos, garantizados por el estado, que cubrían el fracaso y la mala fortuna individual. … La exposición de los individuos a los caprichos del mercado laboral y de bienes, suscita y promueve la división y no la unidad; premia las actitudes competitivas al tiempo que degrada la colaboración y el trabajo en equipo al rango de estratagemas temporales que deben abandonarse una vez que se hayan agotado sus beneficios. La “sociedad” se ve y se trata como una “red”, en vez de cómo una “estructura”.

CAUSA 4.  El colapso del pensamiento, de la planificación y de la acción a Largo plazo junto con el debilitamiento de las estructuras sociales donde se inscribían, reducen la historia política y las vidas individuales a una serie de proyectos de corto alcance y de episodios que no se combinan en secuencias compatibles con los conceptos de “desarrollo”, “maduración, “carrera” o “progreso”. Los éxitos pretéritos no incrementan la probabilidad de futuras victorias…. Olvidar por completo y con rapidez la información obsoleta y las costumbres añejas puede ser más importante para el éxito futuro que memorizar jugadas pasadas y construir estrategias basadas en un aprendizaje previo.

CAUSA 5.  La responsabilidad de aclarar las dudas generadas por circunstancias insoportablemente volátiles y siempre cambiantes recae sobre las espaldas de los individuos, de quienes se espera ahora que sean “electores libres” y que soporten las consecuentes de sus elecciones. La virtud que se proclama más útil para servir a los intereses individuales no es la conformidad de las normas (que en cualquier caso, son escasas y a menudo, contradictoria), si no la flexibilidad:  la presteza para cambiar de tácticas y estilos en un santiamén, para abandonar compromisos y lealtades sin arrepentimiento, y para ir en pos de las oportunidades según la disponibilidad del momento, en vez de seguir las propias preferencias consolidadas.

Nada nuevo, pero la lectura de Bauman permite adentrarse en el análisis de las causas de esta incertidumbre a través de una exposición brillante, a veces excitante y a veces aterradora. Gracias a Elena, Rosa y Virgili por despertar la curiosidad que me hizo correr a la librería.