Día de entrega

Mañana es día de entrega. Finalizamos una consultoria que nos ha llevado a analizar una Administración para poder hacer posteriormente un plan director de convergencia con la Ley de Acceso Electrónico

Me gustan las ceremonias de entrega, son precedidas por días de caos y prisas, donde ya no caben divagaciones, ni ambigüedades, ni despistes con otras actividades paralelas (un proyecto es un proyecto cuando está sujeto a hitos y calendarios fijos). El equipo se concentra con la mirada puesta en una fecha inaplazable y los momentos de tensión se mezclan con la complicidad del objetivo común.

En este caso, desde Autoritas hemos dirigido el proyecto, coordinado las tareas y proporcionado la metodología, pero las actividades han sido realizadas por un equipo del propio cliente. A mi, personalmente, esta situación me parecía arriesgada, pero finalmente todos hemos sabido aprovechar las ventajas y controlar los inconvenientes.

Una gran ventaja es que ellos conocen perfectamente su organización, más de lo que podríamos haberlo conseguido ningún consultor externo en los plazos que teníamos. Son el departamento de informática y su relación (muy buena curiosamente) con toda la organización les ha permitido bucear por los departamentos y realizar un exhaustivo análisis procedimental, organizativo y por supuesto tecnológico..y algo de terapia colectiva me contaban el otro día.

El proyecto goza de buen liderazgo político y eso nos ha permitido contrastar los trabajos con personas clave de la organización.

Con el curso de las semanas nos hemos convertido en un equipo, en el sentido más amplio de la palabra, pero no fue siempre así. El día del kickoff, uno de ellos me dijo que en realidad los consultores nos dedicamos a poner “en bonito” la información que ellos ya conocen. Me defendí amablemente recurriendo a una reflexión de uno de los mejores consultores que conozco “…No estamos aquí para escribir las respuestas, si no para saber qué preguntas hay que hacer”, para identificar, de todo el conocimiento que la organización tiene, cual es el relevante para los objetivos que nos marcamos en estos momentos.

En aquel momento pensé que era un mal comienzo, pero precisamente esa persona, ha sido clave en el estudio, una de las más implicadas y colaborativas. Se convirtió sin que estuviera previsto en el interlocutor del resto del equipo y es seguramente con quien más he hablado en todo este tiempo. Espero que haya cambiado de parecer respecto a los consultores. En cualquier caso, para mi ha sido un placer conocerle.

Hemos tenido que adaptarlos. Ellos a mi argot, que algunas veces veía que les hacía gracia o a los métodos. Unos y otros a distintos ritmos y horarios de trabajo, pero nada que haya impedido trabajar bien.

Uno de ellos me ha dado muchos consejos sobre el uso del MAC (al verme sufrir en las presentaciones) y yo le enviaba links de la blogosfera a cerca de la Administración Electrónica y Open Government, fuera de las restricciones y los horarios del proyecto.

Y hoy, revisando a distancia el documento final, las risas a un lado y otro del teléfono me hacían pensar en todo esto y en que ha estado bien.

Espero que mañana se cumplan las expectativas y que el análisis les sirva de verdad, más allá de lo “bonita” que ha quedado la ingente cantidad de información presentada.

Gracias Equipo.

Fluir

Ayer , una conversación con un amigo, me hacía recordar dos lecturas que se cruzaban entre las ideas que compartíamos. 

Había disfrutado leyendo los textos a los que hacía referencia hablando con él, pero no tuvieron verdadera fuerza hasta que fueron compartidos, conectados entre sí y mezclados con otras referencias de mi interlocutor, para convertir todos aquellos datos en una conversación que permitía conocernos mejor y entender mejor el mundo.

Uno de los textos lo encontré en la revista Psycohologies (“uno es capaz de leerse cualquier cosa esperando en un aeropuerto”, dijo condescendiente). El artículo era del Profesor Mihaly Csikszentmihalyi (creo que he escrito todas las letras). Hablaba sobre como la concentración ayuda a la felicidad. Me interesó más lo de la concentración que lo de la felicidad y allí encontré la descripción de algo que todos hemos sentido alguna vez: La sensación de Fluir:

Fluir es un estado de intensa concentración que experimentan las personas cuando practican deporte, tocan música, juegan al ajedrez, lavan los platos, meditan o trabajan en una tarea con la que disfrutan. Estás fluyendo cuando te olvidas de ti mismo, de la hora que es y, simplemente, continúas haciendo lo que estás haciendo…”

La idea venía a cuento para conversar sobre lo que nos motiva a trabajar de manera intensa, alternando sin orden el tiempo de ocio y trabajo, y dinamitando las fronteras entre lo personal y lo profesional.

De algo parecido hablaba Fernando Trías de Bes en un artículo reciente donde decía que “es muy difícil, casi imposible, que una persona innove en cualquier campo si no está motivada para ello. Lo que muchas organizaciones públicas y privadas hacen entonces es ofrecer incentivos y recompensas para quienes produzcan buenas ideas. Sin embargo las ideas y las innovaciones suelen se pocas o pobres. ..porque si no comprendemos los mecanismos que desatan que una persona dedique tiempo a pensar  de modo creativo e innovador estaremos constantemente dando palos de ciego”.

Trias de Bes referencia a Teresa Amabile y a su ensayo “Mentes Creativas” (editorial Paidós), para apuntar que la verdadera motivación “la Motivación Intrínseca, es aquella que surge del placer que proporciona trabajar en un campo profesional o área de actividad que nos gusta. Tan sencillo y difícil a la vez”, demostrando que “una persona aporta soluciones más creativas cuando realiza una tarea por puro placer”….Cuando Fluye?

Otra conclusión, presumo que controvertida, del estudio es que “la ausencia de evaluación proporciona libertad, la cual es esencial para crear e inventar. Cuando una persona no se siente evaluada, piensa más libremente”.

El final del artículo es un alivio para aquellos que, a veces incomprendidos por nuestro entorno y por nosotros mismos, “hemos vivido momentos durante nuestra vida donde hemos estado sumidos en una actividad a la que hemos dedicado toda la atención y nos ha tenido completamente absorbidos. El tiempo pasa rápido. Podemos estar varias horas sin comer. Nada parece más importante que aquello que tenemos entre manos. El cansancio no hace mella en nosotros, y quienes nos rodean se maravillan de nuestra capacidad de entrega.”

Fue una conversación fluida y agradable que anuncia una relación para crear, pensar y trabajar –también- “por puro placer”. 

Turismo Experiencial

El turismo debe reinventarse, es clave para la economía de nuestro país y una obvia necesidad teniendo en cuenta lo mucho que han cambiado las cosas, desde los albores de aquella España de sol y pandereta , hasta nuestros días, donde la exuberante y accesible oferta de destinos, hace que la competitividad deba basarse en elementos diferenciadores y en ofrecer valor.

Y de qué va el valor cuando hablamos de turismo?, pues como bien lo define el “Plan de Turismo Español Horizonte 2020”, en promover “la calidad experiencial”.

El estudio, publicado por el Consejo Español de Turismo, define algunos ejes claves de la renovación del sector: Excelencia en el servicio al cliente, Eficiencia empresarial,  Innovación y Sostenibilidad.

Pero esa “España experiencial” como eje troncal de toda la propuesta, dependerá, más allá de infraestructuras, instalaciones, productos, servicios, precios…de la relación interpersonal entre el visitante (cada vez más viajero y menos turista) y los anfitriones.

Y los anfitriones somos todos, desde los ciudadanos hasta el personal más especializado en cada uno de los puntos de la cadena de valor del sistema turístico, desde el transporte hasta la divulgación cultural, pasando por alojamiento, restauración, intermediarios…

Los profesionales del sector turístico están llamados a ser los protagonistas de esta transformación. Sus habilidades, conocimientos y actitudes deben enfocarse a algo que va un poco más lejos el buen servicio al cliente: Deben formar parte (una parte esencial e imprescindible) de la experiencia de este. Deben sentir verdadera “Pasión por el Servicio” 

Julen hablaba hace unos días de “conectar emocionalmente producto/servicio con las personas que trabajan en ello”. Se trata exactamente de eso.

  • La actitud de un conductor de autobuses que nos acerca a un destino, puede transformar una necesidad de movilidad en una experiencia agradable e incluso intensa.
  • Un camarero que te recomienda que cambies la combinación de platos que has escogido, porque hay mejores opciones en términos nutricionales, es un regalo inesperado y mágico.
  • Un guía turístico que te “adopta” y asume el reto, casi como una misión personal, de que te sientas como en casa en un país lejano, que olvida su rol de vendedor de excursiones y animador folclórico, acaba formando parte de la memoria sentimental del viaje….

(cuantas historias como estas tenéis?)

Para ello, es necesario revolucionar las políticas de empleo, la gestión de las personas (hay que desconectarlas de los procesos en los que están atrapadas) , la relación de las mismas con las empresas y el sector en general y las políticas de formación y aprendizaje. 

Los empresarios y gestores han de pasar (como en tantos otros sectores) de gestionar la producción a gestionar el talento. (Leí hace poco -no recuerdo dónde, no puedo referenciarlo- que el problema no es atraer o retener el talento, el problema es que se necesita talento para reconocer el talento)

Sí, el sector turístico como otros sectores de demanda masiva de empleo (como la construcción) acogen a muchos empleados no cualificados, estacionales y con un alto índice de rotación. Pero yo creo que la “vinculación emocional” puede darse en toda la cadena de servicio, independientemente de la cualificación intelectual requerida por el puesto. Y en este sentido a mi el turismo, me parece un sector privilegiado para ciertos goces: personas al servicio de personas. Un buen proyecto al que dedicarle neuronas y pasión.

En cualquier caso, si el sector no es capaz de reinventarse, los clientes lo harán por ellos. De hecho ya lo están haciendo. Ayer, en el suplemento de ElPAís aparecen unos cuantos ejemplos: HospitalityClub, Couchsurfing, GlobalFreeLoaders, HitchWiki, Compartir. La idea “consiste en compartir, en conectar personas, en aprender a ayudar, en la comunicación cara a cara, en dar y recibir, en la confianza. En decir no al capitalismo puro y duro”.

Si Paco Martínez Soria levantara la cabeza….