NY5

nuestracausa

Los proyectos no son proyectos hasta que un grupo de personas forman un equipo y se comprometen a llevarlo adelante. O dicho de otra manera, la viabilidad de un proyecto depende, en mayor medida que ningún otro factor, del factor humano. De las personas que componen el equipo y especialmente del carácter del grupo, más allá de la agregación de individualidades.

Marc me invitó a acompañarle a NuevaYork, dudé. No entendía muy bien qué pintaba yo en aquel viaje, ni conocía al resto del grupo, ni lo que querían hacer allí. No sabía en realidad, que Marc estaba imaginando un equipo, interconectando nodos que desde la aparente dispersión, tenían un sentido como grupo. Más tarde intuí que todos fuimos allí con sensaciones parecidas.

Tuvimos una cita previa en Barcelona, para organizar las reuniones en NY y para vernos las caras antes de embarcarnos en un viaje que nos “obligaría” a convivir y trabajar juntos durante unos días.
Me encantan esos primeros momentos. Combino el nerviosismo por una timidez que nunca superaré, con la fascinación analítica de cómo nos comportamos cada uno de los miembros, los roles, la seducción inconsciente o deliberada, la necesidad de aportar, los silencios, las miradas, las primeras complicidades, las dudas sobre la imagen previa que se han hecho de nosotros, la curiosidad por lo que han compartido entre cada uno de los subgrupos posibles, la definición de una identidad en un entorno nuevo….

El viaje, era tan sólo un viaje, pero también una prueba de fuego. En aquel momento no habían expectativas sobre nuestra continuidad a la vuelta. Como ya expliqué íbamos aprender a descubrir y a disfrutar, pero nuestra identidad como grupo se fue consolidando a medida que nos veíamos obligados a presentarnos a nuestros interlocutores.
En cada reunión éramos menos cinco y más uno. Sería falso decir que improvisamos, pero de una forma casi involuntaria, fuimos desarrollamos un discurso sobre el equipo que formábamos : la experta en comunicación, los politólogos, la tecnología, la gestora de proyectos, los valores compartidos, las experiencias previas complementarias, la vocación…
Gemma, lo ha vuelto ha explicar perfectamente hoy para presentarnos en una reunión.

Javi, sobre esto durante una de nuestras caminatas por Manhattan), pero la liturgia ha de ser un instrumento no una trampa. Y una de las cosas que más me gusta del grupo es que la creación de esa identidad propia no nos hace levantar los pies del suelo. Hay calidad pero no elitismo, hay cohesión pero no endogamia, hay conocimiento pero menos que ganas de seguir aprendiendo, hay singularidad pero tanta como respeto a otras propuestas y formaciones. Y hay mucha pasión.

No diré que es fácil, porque no lo és. Combinamos dedicación a otros proyectos profesionales con la creación de los propios del grupo, la pasión es una fuente de energía increíble pero también de conflictos (conflictos que vamos resolviendo a base de sinceridad, libertad y respeto), la maratón del viaje a NY es de risa comparada con las que llevamos a cuestas desde que hemos vuelto (Ricard dice que “estem malalts”), el día a día va transformando los enfoques iniciales y nos exige a todos gestionar una y otra vez nuestro rol y nuestra relación…
Pero nada que hasta el momento haga que ponga en duda que esta es una de esas veces que “un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueden cambiar el mundo”. La intuición se la debo a Margaret Mead, la confirmación a mi realidad cotidiana.

ADSL con trampa

En la sociedad en que vivimos, la acción cívica y la respuesta a los abusos, pasa a menudo por atacar dónde más duele: la cuenta de resultados.
Ni las manifestaciones, ni las protestas, los escritos ni manifiestos, ni cadenas, ni huelgas de hambre… Contraataque comercial.

Via Julen me entero de esta campaña: Guía para darse de baja de las operadoras ADSL que han aceptado controlar el acceso de sus usuarios a las redes de intercambio (P2P)


MOLINA PÍRATE! pasalo, pegalo en tu blog…es de todos from MOLINA PÍRATE! on Vimeo.

Pues eso, que unos hablando de la economía del conocimiento y otros quemando libros.

Conexiones Cósmicas

Imagen1Esta mañana he estado en la feria Personal España, un encuentro de empresas de servicios de gestión de Recursos Humanos que se celebraba en Fira de Barcelona.

He confirmado que allí se concentraba un sector que necesita urgentemente repensar su papel, su discurso y su oferta. He oído cosas terribles sobre motivación, desarrollo profesional, controles del absentismo, programas de incentivos, retención, nuestros mayores activos….etc etc. Quizás he tenido mala suerte en los encuentros o quizás tenía un mal día, o las dos cosas. El caso es que a las dos horas, he tenido muchas ganas de salir de un espacio en el que me sentía rarísima.

Antes quería despedirme de James y agradecerle la invitación (que una cosa no quita la otra). James Hoyle es el director de go English, al que conocí por una de esas conexiones cósmicas que hacen que una serie de acontecimientos azarosos te conducen frente a alguien a quien valía la pena conocer.
Parecería que no hay mucho margen para la innovación en cursos de inglés para empresas, pero los de go English transmiten una pasión por la excelencia y el rigor que los hace diferentes y especiales. Gente comprometida y honesta con quien se tiene ganas de colaborar.

Mientras hablaba con James, en aquella primera cita, recibí un correo de Jose Carlos Amo, que me presentaba su Bonificate. Una gestora de bonificaciones para la formación a empresas con una oferta interesante y complementaria a la de go English. Carambola a tres bandas!.

Frente al expositor de go English me he encontrado con un hombre, grande, afable vestido de cocinero, con un gorro estampado con pimientos y una bandeja en la mano que me acercaba para ofrecerme unas tartaletas con crema de berenjena.
«Y tú que pintas aquí?» le he preguntado, agradecida por el tentempié.

«Soy emprendedor. Dirigo un hotelito con encanto en Viladrau. Juego al trueque con otros emprendedores. Si rellenas este formulario participas en sorteo de dos días de inmersión en inglés que James te dará en mi casa».

He rellenado el formulario mientras me ofrecía más tartaletas. De detrás del estand ha sacado un punto de libro precioso que sirve de tarjeta de su hotel La Coromina y en el dorso, una fotografía de unas gardenias exuberantes. «Las fotografío yo mismo, son de mi jardín».

A Salvador, le gusta cocinar, pero me decía que sobretodo le gusta cuidar de la gente que va a su casa. De hecho ahora, mirando bien su tarjeta está impresa su motivación «El plaer de donar plaer».

A mi me ha dado un ratito de placer hoy, el aperitivo estaba exquisito y la conversación ha sido entrañable y divertida.